Ureña
Procedencia de “La Ureña”
Como era común de la época de la nuestros abuelos, los Días 1 y 2 (Todos Los Santos y Fieles Difuntos) eran días religiosos y de recogimiento más que festivos. Para recordar a nuestros difuntos, tanto el sacerdote como los monaguillos se turnaban en el campanario para repicar durante toda esa jornada. Teniendo en cuenta la pobreza de aquella época y contando con que tenían que llevarse algo a la boca mientras estaban en ese menester, los monaguillos salían el día de antes (31 de Octubre) a pedir de casa en casa justificando su labor, la que nombraron Pedir “La Ureña”. De ahí la pregunta: “¿Me da usted La Ureña?” La respuesta de los más reservados a la hora de ofrecer era… “Coge un Borriquillo y ve por leña” (Con lo que querían decir que buscasen otro oficio para obtener un sustento). De ahí surgió tanto la tradición como el diálogo.